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Publicado 2015-08-31
Aunque ahora ha surgido con fuerza y se ha puesto de moda, el Bondage es antiguo. Era residual y oculto, cosa que está dejando de ser así para comenzar a popularizarse y abandonar el estigma que lo calificaba de depravado, vicioso y propio de mentes enfermas. Y todo porque utiliza el desasosiego, algo de violencia y de dolor, para llegar al placer sexual.
Realmente el Bondage lo que hace es reconocer y escenificar con parafernalia o complementos eróticos, las fantasías de la mente humana en materia sexual. Y muchas de ellas se corresponden con el uso y abuso de otra persona para obtener placer.
La diferencia aquí estriba en que ambos componentes de la pareja están de acuerdo en establecer esa dominación de uno sobre otro y ambos sienten placer en ello. Y las normas y los límites se acuerdan por consenso cuidadosamente, así que los riesgos siempre deben der cero.
Hoy en dia el Bondage es conocido fundamentalmente por la literatura erótica y el estallido de la popularización del sexo, sacándolo del plano oculto de la sociedad y normalizándolo como una actividad humana más.
Eso sí, sin trivializar. El cine y el éxito de las 50 Sombras ha abierto definitivamente la caja de pandora y la curiosidad de las parejas por estas prácticas más arriesgadas, más atrevidas, bastante alejadas del sexo tradicional donde con dos cuerpos ardientes de deseo, resulta más que suficiente para disfrutar sexualmente.
Con la nueva corriente cultural que incluye el sexo dentro de las habilidades sociales aunque íntimas de las personas, practicar Bondage o no sigue siendo una cuestión íntima pero no secreta.
Es una elección más o una práctica más que puede alternarse con otras y además incluye sexo anal, oral y colaboración de un amplio muestrario e complementos eróticos que producen los efectos buscados. Tales son las esposas, palmeteros, colas de gato, látigos y fustas, bridas, pinzas para pezones, electroestimulación o antifaces, por poner algunos ejemplos.
Pueden parecer pocos pero hay muchos complementos para el Bondage y es todo un arte cultivarlo y especializarse en sublimar el placer sexual mediante esta práctica de tradición centroeuropea que ya abarca desde un par de siglos atrás.
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